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Mostrando entradas de mayo, 2016

Tiempo

Por primera vez he aprendido a ir despacio. Siento que ahora, no hace falta correr para llegar bien. Que la cerveza me sabe mejor contigo y que la distancia se mide en apenas centímetros. Y ojalá nunca fueran más de dos. No me importa andar, aunque sea lejos, donde quieras, me da igual. Que además, el camino ya me lo conozco de sobra, y me gusta. Y que cuando quieras nos vamos, a cualquier otra parte, ya sabes. He encontrado el calor que hay debajo de un paraguas, el frío en la calle de madrugada y algún lunes que no me importa madrugar. Ahora sé que no hay mejor lugar para pasar el domingo que entre tu pelo y tu hombro escondido. Que la solución a mis problemas pasa porque aparezcas con ganas de mantenerme arriba, cuando el mundo se me echa encima. He descubierto que el tiempo se mide en instantes fugaces, en fracciones de segundo, en momentos que marcan, en recuerdos grabados y no en el reloj de pulsera que llevas atado en la muñeca. Que a veces la respuesta está en fre...

La chica adecuada

Hace ahora un par de semanas, te dije, en un resumen improvisado casi de madrugada, que era la primera vez que me sentía tan a gusto con una persona. Que realmente estaba bien contigo y que eras increíble. Que tenías ese algo especial del que mucha gente carece. A mi nunca me ha gustado catalogar o definir las cosas por tiempo transcurrido en un calendario, sino que siempre he preferido hacerlo por frecuencia e intensidad. Aunque todavía no ha pasado mucho tiempo, tengo claro que es aquí donde quiero estar, pero de verdad. Y es que tras muchos capítulos de relaciones abocadas al fracaso, tras empeñarme en querer encontrar a alguien con quien poder tener algo. Me cansé. No he querido nunca que fuera la persona perfecta vaya, sino en definitiva, la chica adecuada. Recuerdo que en la televisión escuché una vez a alguien decir que por mucho que nos empeñásemos en buscar la felicidad, era ella quien tenía que encontrarnos a nosotros. Y así ha sido, hace menos de un mes, la felic...

Modo repetición

Se han acostumbrado a echarse de menos entre semana. Incluso a veces varios meses. Están lejos, cada uno en una ciudad y en distinta cama. Sus besos saben a distancia, sus polvos a billetes de tren. Que por desgracia, siempre son con vuelta. Sus noches recuerdan a domingos vacíos y a fotos sin ropa. A pedir para cenar el menú del kebab para uno y a conversaciones por Skype antes de irse a dormir. Para ella: De camino a Madrid, en sus cascos siempre suena Izal y en el bolso, un libro de Loreto Sesma. El pelo impecable, normalmente planchado y en la cara, un poco de antiojeras para intentar disimular. Sus ganas intactas, como el primer día. Próxima parada, " Madrid Chamartín" , y en su sonrisa la cara de un niño recién levantado el día de su cumpleaños. Para él: Medio bote de colonia encima y al contrario que ella, el flequillo hacia un lado despeinado. El pelo no le resulta apenas importante. En cambio, sí ponerse su camisa f...

No es malo estar solo

Y es que tengo un problema. No es que nadie me guste, es que no ha llegado nadie igual. Todavía nadie ha sido capaz de llenar este vacío que al irte, en mi vida dejaste. No me quiero conformar con alguien que no ha podido remplazar tu lugar, que no sabe como ocupar tu hueco en el sofá. Que no me besa igual, ni sus abrazos me salvan los días grises. Nadie ha estado a la altura. Por eso mismo y en vista de está situación, prefiero no estar con nadie. No es malo estar solo. La cama se hace más grande y debajo del paraguas te mojas menos. No tienes discusiones y nunca hay planes con nadie a medio día. Nada de compartir almohada y las tardes de domingo siempre las tienes libres. Cocinar para uno y a la hora de la siesta nunca hay fiesta. Noches frías sin compañía y dejar atrás todos esos besos y paseos por cualquier calle del centro. Nada de querer a diario y constantemente infravalorar al amor por no haberlo encontrado. O por haberlo tenido y ahora haberlo perdido. No sé. No e...

Fuimos todo

Fuimos otoño y verano. Fuimos ley antitabaco y demasiado alcohol. Fuimos aquel tren que siempre espera en el segundo andén. Un desvío en la autovía, dirección tu habitación. Fuimos algo impar. Fuimos carrera, y siempre en tus medias. Fuimos teatro e interrogatorio en primer grado. Fuimos el sofá cama roto del salón. Fuimos un atasco en una carretera hacia las afueras. A veces fuego, otras no estabas. Muchas ni siquiera se te esperaba. Fuimos escapar. Fuimos tres llamadas antes de cenar. Fuimos volver a casa. Una película de Tarantino. Fuimos correr y llegar a la vez. Fuimos despedirnos varias veces. Fuimos irnos sin saber que no habría próxima vez. Fuimos un viaje de ida y vuelta. Fuimos un Post-it pegado en la nevera recordándome que aquella noche comprase vino y cena. Fuimos (de)presión, post-vacacional y contra la pared. Fuimos el ruido del somier. Un vaso de cristal en el suelo roto y tú y yo, los trozos de una foto. Los restos de lo que aún queda de nosotros. Fuimos herida. ...

Primera parte

Acostumbrado a llegar siempre tarde, esta vez tenía que ser puntual. Había que causar buena impresión. Por eso intente ponerme lo más guapo y decente posible. (Una camisa bien planchada y los pantalones nuevos) Aunque de donde no hay, no se puede sacar. Ella apareció también a la vez, en aquella céntrica plaza de la ciudad en un punto intermedio. Yo tenía los nervios del primer día y aunque no hacía demasiado calor, en aquel momento me sobraba el abrigo. Miradas a lo lejos, un qué tal y dos besos. Una terraza, en alguna bocacalle perdida cerca del centro. Un par de cervezas, aunque la tuya con limón. No me dejas pagar y esta vez invitas tú. En frente de nuestra mesa, un niño se tropieza y una niña baila feliz con la música de su móvil. Se te escapa una sonrisa. Me enciendo un cigarro. Eso ya te gusta menos y frunces el ceño. Te duele un poco la espalda y te quejas. Es domingo y estás cansada, se te nota en la cara. Culpa de la primavera. Momento de silencio, pero no incómodo...