
Y sin darme cuenta, me había metido hasta el fondo. No estaba atento, una época un tanto rara, y sin querer. Habías conseguido lo que nadie en mucho tiempo. Mira que te dije que no me iba a encariñar, que esto era pasajero y que no iba durar más de dos o tres noches en la parte de atrás de tu coche. Que yo no era de esos que a la mínima se encaprichan con alguien y menos contigo. Soy más de recordar miradas desde lejos, al otro lado de la barra. Esto, ni si quiera llego a decir nuestro, tenía un final ya escrito incluso antes de empezar. Me cuesta demasiado enamorarme, la verdad es que no sé si eso es bueno o malo, depende como se mire, supongo. Después de tanto tiempo sin hacerlo, no tenía pensado hacer excepciones. Debería cambiar, no ser tan pasota y aprender. Creía que nunca entrarías en mis planes. Lo cierto es que sí, y lo tengo más claro aún cuando de repente me hablas y suena Funambulista en mi cabeza. Y como dice Diego Cantero, bendita mi suerte. Y es que de eso se trata, con una espada de cartón hacerse el valiente.
Y yo no sé si esto es tener suerte,
pero ahora que he llegado hasta aquí,
ya no quiero que te vayas.
Comentarios
Publicar un comentario