A lo mejor estamos todos equivocados y no sabemos nada del amor. Quizás sea algo parecido a lo que ocurre cuando dos personas inconscientes frenan un poco e instintivamente observan a su alrededor, y sin saber que se buscan, sin saber que realmente quieren, se encuentran. Dos mentes diferentes que juegan con cartas similares dentro de una misma baraja, cada uno con un As escondido en la manga, pero sin un camino recto por el que poder andar, ni siquiera un punto fijo hacia el que mirar. Siempre lo han hecho hacia un lugar cualquiera. A lo mejor, todavía no sabemos lo que se siente cuando tú eres una de esas personas que alguna vez, por casualidad o por suerte, se encuentra con una mirada así en mitad de la calle. O en medio de la vida. Quién sabe. Un aparatoso accidente, un choque frontal de ojos que con suerte trae consigo una sonrisa. Conocer esa sensación que se provoca en ti cuando te toca ésta lotería, cuyo premio resulta ser solamente una vez en la vida. Entonces ya no ha...
Y si hablamos de tiempo, yo tengo todo el tiempo del mundo para compartirlo contigo.